Presentación

Este espacio pretende ser una modesta ventana que muestre, siquiera minimamente, la grandiosidad de la naturaleza extremeña, una naturaleza exuberante, pletórica, agreste y, en ocasiones, única. Aquí la fotografía, el dibujo y la palabra quieren ser un pincel que abocete el alma de lo vivo. Y será en el entorno de la Sierra de San Pedro donde la luz y el color tracen sus contornos.

martes, 2 de noviembre de 2010

Avefría (vanellus vanellus)

Blanco y negro sobre el llano de verdes incipientes. Agudas llamadas otoñales en el cielo grávido de nubes. Corta carrera. Gélido viento iracundo barre el páramo y doblega la voluntad de la retama. Sale el sol y grita ¡luz! en un fugaz instante y otra nube vuelve a tapar su tibia boca. Llovizna al poco y el frío se multiplica. Las retintas estoicas ofrecen sus cuartos traseros a la lluvia y miran hacia el sur como intuyendo templadas latitudes que pueden socorrer en la ventisca. De cuando en cuando declara el agua treguas momentáneas. Los chorlitos dorados, ocultos en si mismos, más parecen piedras que limícolas viajeros, en cambio la avefría, con su copete al viento, sigue desparasitando el suelo de lombrices. Llegó el otoño a la Sierra de San Pedro.




A finales de septiembre comienzan a llegar las avefrías a los llanos y dehesas de San Pedro y poco a poco sus maullidos serán parte del paisaje sonoro diario.


Aunque de un tiempo a esta parte unas pocas, como la de la imagen, pasan también los meses de verano en la zona. La fotografía fué hecha en junio del 2009 esperando fotografiar ortegas.


Los fines de semana la librea blanquinegra de las bandadas de avefrías surcan los cielos de acá para allá huyendo y esquivando las hordas de perros y cazadores, casi tan numerosos como ellas, y muchas son víctimas de ese mal llamado deporte.