Presentación

Este espacio pretende ser una modesta ventana que muestre, siquiera minimamente, la grandiosidad de la naturaleza extremeña, una naturaleza exuberante, pletórica, agreste y, en ocasiones, única. Aquí la fotografía, el dibujo y la palabra quieren ser un pincel que abocete el alma de lo vivo. Y será en el entorno de la Sierra de San Pedro donde la luz y el color tracen sus contornos.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Tarabilla europea

Tarabilla europea
(saxicola rubicola)

martes, 25 de octubre de 2016

Madroño


Madroño 
(arbutus unedo)

El madroño es de las pocas plantas que se pueden ver luciendo flores y frutos coincidiendo en el tiempo, lo que le confiere una belleza singular, ya que ofrece un contraste de frutos rojos y anaranjados con el blanco de las flores y el verde de sus anchas hojas.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Avutardo

Avutarda (otis tarda)




Las dos imágenes siguientes corresponden a una cópula de Avutarda. La mala suerte quiso que fuese de espaldas al fotógrafo. Las cópulas no son frecuentes, por lo que son difíciles de  observar y menos  a tan corta distancia, por lo que me doy por satisfecho.



domingo, 7 de agosto de 2016

Águila real

Águila real
(aquila chrysaetos)

domingo, 17 de julio de 2016

Camachuelo común


Camachuelo común (pyrrhula pyrrhula)

sábado, 18 de junio de 2016

Mochuelo


Mochuelo europeo (athene noctua)

sábado, 26 de marzo de 2016

Foto poemas. Arrendajo


Arrendajo (garrulus glandarius)

domingo, 31 de enero de 2016

Meandro El Melero


Meandro  El Melero desde el mirador de La Antigua, en Riomalo de Abajo. 
Formado en el Río Alagón hace frontera natural entre Extremadura y Castilla y León; entre las provincias de Cáceres y Salamanca.
  



Dependiendo del nivel del embalse  Gabriel y Galán el aspecto del meandro será más o menos atractivo por el cauce. En cualquier caso siempre resulta espectacular con la Sierra de Francia al fondo.
Aspecto en agosto de 2015. El resto de imágenes tomadas en enero de 2016.


Aquí de espectador temí la sobredosis,
adicto como soy al paisaje, lo celebro,
y bendigo la ocasión, el milagro y la simbiosis
-a orillas del Alagón-
de la cornea y las neuronas, el ojo y el cerebro;
alquimia de la visión.


Éxtasis al contemplar, sublime el ejercicio
de abandonarse al espacio enorme, placentero,
hincando la mirada para saciar el vicio
en la gigantesca herradura
que abraza serpeante su nombre de Melero
lamiendo Extremadura.