Cielos de Extremadura

Esta fue mi aportación al ya tradicional encuentro de blogueros, que bajo el epígrafe "Extremadura en la Red", se viene celebrando en la sede de la Fundación Xavier de Salas de Trujillo desde hace siete años. Este tuvo lugar el pasado 25 de noviembre.  El apoyo de esta fundación y la Dirección General de Turismo de la comunidad extremeña es fundamental para llevarlo adelante.  En esta VII edición el protagonista fue el cielo extremeño. Lamentablemente no pude acudir al encuentro, pero mis fotos y texto si aparecen en el libro que recoge los trabajos sobre el tema de este año de cada uno de los blogueros participantes. Su titulo; "Cielos de Extremadura". Mis fotos reflejan, como no podía ser de otra manera, los cielos de la Sierra de San Pedro, y el texto un poemilla alusivo a este fantástico sombrero que nos cubre. Espero tenerlo pronto en mis manos. 

 Águila perdicera (aquila fasciata) llegando al posadero

 Nieblas sobre la sierra de San Pedro

 "El cielo está emborregado..."

¡Misteriosa la forma de tu forma,

plasma aéreo que tanta vida puebla!
No conozco la horma de tu horma
ni el  impulso que ciego te transforma
de azul transparencia a nube o niebla.

Cada rumbo que tomo se perfuma
a diario con la rosa de los vientos.
Me alimento en el aroma y en la suma
de la pluma con la luz. Y con la pluma
recorro y merodeo  tus aposentos.

De luces y de plumas me mantengo
en un vuelo sostenido, firme y suave
sobre el verde tapiz de dónde vengo.
De San Pedro heredé, y es lo que tengo,
aire de sierra libre y vuelo de ave.

¡Cuánto ignoro de tus altos entresijos
de oscuro resplandor o de amarillo
bañados,  y de mil  pájaros prolijos!
Nada se de tus bellos acertijos
que abarcan lo complejo y lo sencillo.

Ignorante me instalo en el asombro
permanente de mirar hacia la altura
en silencio azul. Callado nombro
con los ojos criaturas, la luz al hombro,
bajo tu cielo sin fin, Extremadura.

 Cielo casi estival en la dehesa

                Amanecer en la sierra

 Buitres leonados (gyps fulvus) patrullando su territorio

 Bandada de Palomas torcaces (columba palumbus)




Primavera extremeña

Arcoiris en la dehesa de Mayorga

El Torrico y las estrellas

Portada del libro "Cielos de Extremadura"

                                          http://turismoextremadura.com/  

Búho real

 Búho real

(bubo bubo)

Alcaudón meridional

Un poemilla que describe  una escena que presencié hace tiempo paseando por los alrededores de mi pueblo pajareando. En ese paseo pude comprobar lo feroces que pueden llegar a ser los Alcaudones cuando el hambre aprieta y la ocasión lo permite.

Me decidí por el blanco y negro porque me perece que le queda bien a la foto, y quizá por algo de nostalgia, recordando los buenos ratos que pasé en el cuarto oscuro de mi casa,  en los pretéritos tiempos de la película. 

Alcaudón meridional
(lanius meridionalis)

Martín pescador

Martín pescador (alcedo atthis)

En agosto, las riveras que sufren fuerte estiaje, se reducen a salpicaduras de charcos aislados que poco a poco merman desapareciendo en muchos casos antes que las primeras lluvias permitan la recuperación del cauce. Los peces, ranas, y diversos invertebrados acuáticos  ven reducido su espacio físico siendo presas fáciles para sus depredadores. Es el caso del Martín pescador, el dardo azul del río,  que ve facilitada la tarea de alimentarse. Desde cualquier percha próxima a la orilla espera el momento de lanzarse en picado en pos de algún desafortunado que no dispone de  muchos resquicios donde huir. Esta cosecha fácil bajo el agua sirve para que muchos acumulen reservas, de cara a la gran travesía de regreso a sus cuarteles de invierno dentro de unas semanas, como las Cigüeñas negras. No es el caso de nuestro protagonista, que nos deleitará con su presencia todo el año a lo largo del cauce de la rivera. Él no tiene  que reponer reservas extra para ningún viaje, pero en estos días  también "hace su agosto". 

Charco

Espejo irregular,
caótico marco,
rizado al viento de olas subes,
mínimas olas, mínima pleamar.
Mar de nubes
atrapadas en un charco.
Océanos liliputienses
bajo los cielos pacenses,
tierra de mil océanos.
Océanos amarillos
de los llanos,
flameantes cual cuchillos
los veranos
y de ocres, grises
encinares,
verdes mares
que núnca navegó Ulises.
Y azulados
de los vientos,
mares hasta la jartura
preñados
de históricos sufrimientos.
Extremadura.