Celosamente guarda el cardo su futuro escoltado de diminutas
lanzas blanquecinas. Pero hay herramientas que hacen posible lo imposible y
hasta la más amurallada fortaleza padece frágiles rincones. Mariposea de cardo
en cardo, de hipérico en hipérico, la pequeña bandada de alados trinadores de
roja tez y nervioso movimiento. Se aviva el ánimo cuando color y melodía se
fusionan en la libre inmensidad del campo generoso, feliz delicadeza para el
espíritu sensible y amante de lo abierto. Y tentación para farsantes de almas
egoístas que aspiran a enlatar el aire común y libertario, enjaular los
colores y doblegar el trino, incapaces de saber, mezquinos, que prisioneros, no
son más que menguados sucedáneos de lo
que son en el abierto espacio de lo limpio.
Foto familiar
Si la libertad tiene forma tangible
es la de una bandada de pájaros.