Buitre negro (aegypius monachus) |
Eliminar el color en las fotografías que hacemos reduce el mundo que nos rodea a formas y matices monocromos que tienen un atractivo indudable, un impacto y una fuerza que a veces es difícil de explicar. Pero, a pesar de que en los inicios de la fotografía solo había gradaciones de grises, no todas las fotografías son aptas para aplicar esta técnica. O mejor dicho, no todas reúnen las características necesarias para generar el impacto y el atractivo del que hablábamos más arriba. Quién, como yo, empezó haciendo fotografía con película en blanco y negro y pasó las horas en el cuarto oscuro revelando y positivando, lo sabrá bien. Y seguro que agradeció ese comienzo para adquirir la capacidad de ver en una escena luces, sombras y composiciones en pocos segundos, algo que a la hora de fotografiar se le saca partido.
Haciendo una reducción drástica y muy general, podemos decir que las fotografías con pocos elementos y con mucho contraste de color o luz son las más adecuadas para generar en el observador cierto interés. Al eliminar el color eliminamos distracciones, y la forma y la composición toman el protagonismo rotundamente. La luz les dará el barniz que nos crea la necesidad de mirarlas. Hoy, en el entorno digital, es absurdo disparar directamente en blanco y negro, pues haciéndolo en raw tenemos una fotografía de la cual sacar el máximo partido tanto en el original color como transformada a blanco y negro. Por tanto solo necesitamos entrenar la mirada para escoger las más idóneas a la hora de revelar.
Fotografiando aves también unas quedan mejor que otras por lo explicado anteriormente. A pesar del protagonismo apabullante del color en el bombardeo constante de imágenes de hoy, o quizá precisamente por eso, es un ejercicio reconfortante traducir a blanco y negro algunas de nuestras fotos. Nos confirma que (en fotografía) reducir es una forma de simplificar lo necesario, en un tiempo en que nos venden como necesario todo tipo de invenciones con Inteligencia Artificial. O igual es que me estoy haciendo mayor. Sea como fuere, a mi me gusta.
La casualidad quiso que en una de las fotos de la ráfaga disparada a este joven Quebrantahuesos en vuelo, su cuerpo formase una X con la inclinación del horizonte. El revelado en blanco y negro simplifica la imagen y acentúa el efecto.
Cigüeñas blancas (ciconia ciconia)
Otro fuerte contraste para quedarse con las siluetas sin entrar en detalles
En este caso, aislando un ejemplar de cigüeña, junto a la atmosfera nublada y las ruinas, recrean un ambiente de soledad.
Búho real (bubo bubo)
Al amanecer cantaba el Búho desde el punto geodésico contra el cielo prácticamente blanco. Me recuerda las gárgolas de las catedrales.
Mirlo común (turdus merula)
Junto a este Mirlo un poemilla, que supongo solo entenderán los que se las vieron con líquidos reveladores, cubetas, temporizadores y la luz roja del laboratorio en blanco y negro, en mi caso improvisado en un cuarto de baño y más tarde en una habitación preparada al efecto, hasta que los pixeles mataron al bromuro de plata.