Sobre el agua, a veces azul, a veces verde, o marrón, o roja, o amarilla,... (la luz es lo que tiene, que juega con los colores), la Garza real (ardea cinerea) lleva un arpón sobre una ese.
En función de la hora del día, es decir, de la incidencia de la luz sobre él, las plumas del pecho del Abejaruco (merops apiaster) se ven azules o verdosas. También depende del ojo que lo mira.
Febrero. A contraluz se dibuja el Águila real (aquila chrysaetos) sobre el azul de la dehesa, que es el azul más solidario que conozco.
El azul del macho de Roquero solitario (monticola solitarius) aumenta su intensidad en los meses de primavera, y casi se vuelve zafiro.
Un racimo de Rabilargos (cyanopica cooki), siempre en grupo, prospecta las viejas ramas donde hay insectos refugiándose en sus resquicios.
Contra el monte azul el Águila perdicera (aquila fasciata) pinta su blanco.
El Martin pescador (alcedo atthis) lleva varios tonos azules a sus espaldas, algunos casi no tienen nombre.
El mar, Gran Azul del planeta Tierra, que en justicia debiera llamarse planeta Agua.
La blanca niebla se funde en azul sobre la sierra. Y cuando eso ocurre, el Águila imperial (aquila adalberti) sabe que está en su casa.
Tan azul (y amarillo, y verde, y blanco y negro) es el Herrerillo común (cyanistes caeruleus) que pareciera un ave tropical. Pero el empacho de la costumbre es una barrera para apreciarlo.
La Grulla común (grus grus) y el Ansar común (anser anser) esperan el azul del invierno para venir a Extremadura y ponerles sonido.
Sobre el azul del aire la Golondrina común (hirundo rustica) pasa toda una vida zigzagueando. Como Aviones y Vencejos bebe volando a ras de agua. (Una vez vi una Golondrina en el estomago de un Black bass).
El Elanio azul o común (elanus caeruleus) se confunde con el azul del cielo y su blanco con la luz solar. Ni el Topillo ni el Ratón lo ven venir cuando se descuelga lentamente desde el aire.
Entre las nubes y sus sombras azules le gusta ciclear lentamente al Buitre leonado (gyps fulvus) sobre la sierra de San Pedro.
Se dejaría llevar el Buitre negro (aegypius monachus) a lomos de una corriente térmica, casi hasta la luna, si hiciera falta.
Pero a ras de suelo el Botón azul (jasione montana) es un azul que nos obliga mirar hacia abajo.